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miércoles, 23 de septiembre de 2020

Rakso Educa: ¿Qué narices es una Bullet Journal?

 

Imagen de Amanda Randolph en Pixabay

Estoy seguro de que, si eres estudiante, has oído hablar alguna que otra vez sobre este instrumento de organización, la Bullet Journal, pero nunca has sabido exactamente lo que es. Pues para eso estoy aquí, para aclarar todas tus dudas y, si te animas, a ayudarte a aplicar este método en tu día a día. Pero si ya lo conocías y lo usas actualmente, ¡también te puede interesar esta entrada! Durante los tres años de experiencia que tengo en su uso, he aprendido varias cosas, sobre todo errores que muchas personas, tanto novatos como experimentados, hemos cometido (o cometemos). ¡Así que nunca está de más echarle un ojo! De igual forma, puedes comentar cual ha sido tu experiencia con la Bullet Journal y enriquecer entre todos esta entrada. Sin más dilación, comencemos...


¿Qué es la Bullet Journal?

Es un método de organización patentado por Ryder Carrol que consiste, a grandes rasgos, en el uso de una libreta en blanco y distintos puntos o bullets para apuntar, literalmente, cualquier cosa y en el mismo soporte, pero manteniendo un orden lógico. Su creador, que presentaba un déficit de atención, se dio cuenta de que necesitaba un método que le ayudase a centrar todo su esfuerzo en aquello que quería conseguir, ya que presentaba una mayor dificultad para eso que el resto de sus compañeros. Al ir perfeccionando ese método, también se percató de que no sólo podría ayudarle a él, sino a todo el mundo. Por eso, lo fue haciendo cada vez más y más flexible para que se pudiese adaptar a cualquier persona. Así nació lo que hoy conocemos como Bullet Journal.

Y llegados a este punto estaréis pensando en qué es lo que hace a la Bullet Journal tan especial y qué la diferencia de una simple agenda. Pues en realidad son varias cosas, así que vayamos por partes.

Para empezar, una agenda nos trae unos "moldes" ya hechos a los que tenemos que adaptar, mientras que una Bullet Journal es simplemente un cuaderno en blanco. ¡Tú escribes los apartados, tú tienes el control! Una de las características de las agendas de la que se suelen quejar más personas es en los apartados de los sábados y domingos, que normalmente son más pequeños que el resto de la semana. Sin embargo, para mucha gente este espacio puede ser insuficiente. Así mismo, el espacio del resto de la semana puede ser demasiado, provocando un gasto de papel innecesario. En resumen, con la agenda, tú te adaptas a ella; con la Bullet, ella se adapta a ti.

Relacionado con el punto anterior, lo que apuntas en una agenda no sólo está limitado al espacio, sino también al apartado. Es decir, si tienes ocho exámenes finales, pero la agenda sólo cuenta con espacio para cinco, tienes un problema. ¡Pero si la agenda, directamente, no tiene apartado de exámenes finales, tienes un problema mucho mayor! Ese inconveniente no existe en la Bullet Journal, ya que, como he dicho antes, tú creas los apartados. ¡Y cualquier apartado es válido! Tanto exámenes, como planes de estudio, hasta ideas para una fiesta de cumpleaños o el storyboard de tu próximo cómic. El gran problema de Ryder Carroll con las agendas es que no le permitían anotar todo lo que él quisiera, teniendo que recurrir a post-its, otras libretas, notas en el móvil,... ¡Al final todo se volvió un caos! La información le llegaba de todos lados, y su déficit de atención no ayudaba. Por eso, tuvo que idear un método en el que poder tener todo en el mismo sitio. La Bullet Journal, con su índice, sí se lo permite.

Pero la mayor diferencia entre una y otra está en la productividad y la motivación. La productividad se refiere a lograr el mayor número de cosas en el menor tiempo y con el menor esfuerzo posible; mientras que la motivación es lo que le da sentido, es la meta a la que queremos llegar con nuestra productividad. Si usamos una carrera como metáfora, la productividad sería la velocidad y la motivación es el camino a seguir. La productividad es el qué y la motivación es el por qué. El problema de las agendas es que se centran demasiado en la primera y muy poco o nada en la segunda, y de nada nos sirve correr rápido si no sabemos a dónde vamos. Ryder Carroll empleaba la metáfora de la rueda de hámster, en la que no sirve de nada ir más rápido, porque de todas formas no nos moveremos del sitio. Como decía, la agenda es un método muy rígido que sólo nos deja apuntar determinadas cosas en espacios genéricos preestablecidos, sin posibilidad de cambio. Tampoco nos deja espacio a la reflexión, porque sabemos que si usamos una agenda seremos productivos, pero, ¿podemos serlo más? ¿Podría perfeccionar mi forma de organización y ser más eficiente? Eso no importa, porque, total, no puedes.

Sin embargo, la Bullet Journal, siendo mucho más flexible, sí permite todo esto. Para empezar, puedes crear apartados específicos dedicados a la productividad e incluso a la motivación. Además, el propio método te obliga a reescribir una y otra y otra vez todas las tareas que aún no hayas finalizado, por lo que, el simple hecho de copiar de nuevo te hace pensar: ¿realmente necesito hacer esto para alcanzar mis metas? ¿Merece la pena? ¿Me hará feliz? Por eso el propio creador manifiesta que la Bullet Journal presenta una parte importante de mindfulness, que nos ayuda a organizar no sólo nuestras tareas físicas, sino también nuestra mente, y nos hace crecer como personas. Y sé que esto puede sonar un poco esotérico de más, pero lo cierto es que el mindfulness es una práctica psicológica que nos ayuda a focalizar nuestra atención y vivir en el momento presente. ¡O sea, que es ideal para las personas como Ryder Collar! Aunque este término se suele asociar con la mera meditación, en realidad va mucho más allá. ¡Es casi una filosofía de vida!

Quiero recordar, no obstante, que ni la Bullet Journal es mejor que una agenda ni viceversa. Al final, son sólo métodos de organización, y si nos funcionan a nosotros, entonces son perfectos. Pero lo que para una persona le sirve como anillo al dedo, a otra puede no entrarle ni con calzador. Cada uno debe buscar el que mejor se adapte a sus necesidades y su forma de trabajar y vivir, y a partir de ahí perfeccionarlo cada vez más y más hasta hacerlo nuestro.

 

 ¿Cómo se usa una Bullet Journal?

 

 No voy a entrar en detalles porque hay muchísimos vídeos en youtube que enseñan cómo empezar una Bullet Journal. Sólo me limitaré a recomendaros este vídeo, del canal oficial de la Bullet Journal de YouTube, que lo explica maravillosamente y de una forma muy simple, perfecta para principiantes (y con subtítulos en español). A mayores, os daré algún que otro consejo para empezar vuestra primera Bullet Journal y no caer en el intento:

 

    1. Tómate el índice en serio

Sí, sé que cuando nuestra libreta no está numerada es muy cansino tener que hacerlo nosotros mismos, pero de verdad que es necesario. Sino, tu Bullet Journal será un auténtico descontrol y perderá todo el sentido. Mi consejo es que la numeres toda de una tacada, y así ya queda hecho. 


    2. Keep it simple

Muchos canales de YouTube se dedican últimamente a subir vídeos de sus Bullet Journal, las cuales están decoradas hasta la saciedad. Y no me malinterpretéis, está bien que queráis decorarlas y dibujar en ellas. Yo mismo utilizo rotuladores de colores para clasificar ciertas cosas porque me ayuda a organizarme mejor. ¡Pero que quede claro que es una opción, no una obligación! No dejes que la parte decorativa te aleje de la parte productiva. Muchas personas abandonan el método porque piensan que es una pérdida de tiempo, y, a ver, si te pasas la vida haciéndole dibujitos, pues sí que lo es. Pero ya habéis visto la Bullet Journal de Ryder Carroll, su creador. Lo importante es que esté limpia y organizada, los adornos son superfluos. Por eso, sobre todo si estás empezando, te recomiendo que no te excedas con la decoración y te centres en construir primero los cimientos.


    3. Si no te gusta algo, cámbialo

Recuerda que la Bullet Journal es un método flexible que se tiene que adaptar a ti, no tú a él. ¿Te resulta más cómodo escribir el mes en cuadrícula en vez de en vertical? Hazlo. ¿Necesitas a mayores un registro semanal? Hazlo. ¿Quieres llevar control de tu estado de ánimo para observar cómo influye en tu productividad? Hazlo. ¡Eres libre de hacer lo que quieras! Bueno, no del todo... Para poder considerar a un cuaderno como una Bullet Journal debe tener los elementos básicos mostrados en el vídeo: índice, registro futuro, registro mensual, registro diario y, por supuesto, usar viñetas o bullets. A partir de ahí, puedes añadir lo que desees, desde la organización de tu menú semanal hasta una página de ideas o dibujos sueltos.


    4. No tengas miedo a equivocarte 

Yo siempre digo que el error es parte del proceso de aprendizaje. Si no fallásemos, ya sabríamos todo y no aprenderíamos nada, y ese no es el caso. No hay una forma errónea de hacer tu Bullet Journal, sino formas mejores de utilizarla. Es normal que al principio sientas que no se adapta del todo a ti, y eso es porque todavía tienes que hacer algún cambio. Por eso, si te animas, puedes probar el método durante uno o dos meses y ver qué tal te va, y así ir modificando cosas y puliendo impurezas hasta que lo hagas tuyo.

 

 5. ¿Puedo aplicar la Bullet Journal a un formato digital?

Técnicamente, sí. Pero si Ryder Carroll no lo hace es por una simple razón: los móviles, las tablets, los ordenadores,... tienen muchas distracciones, y lo que él pretendía conseguir era un método que le ayudase a atender. Usar una aplicación en el móvil como Bullet Journal le resultaría demasiado tentador, y acabaría viendo vídeos en YouTube o jugando al Angry Birds. Pero si tú no te distraes tan facilmente, pues claro que puedes. Pero recuerda el porqué lo haces así, qué ventajas te trae hacerlo de esa forma, sino perderías la dirección.

 

    6. Bullet Journal para niños

La Bullet Journal es un método organizativo para todas las edades y, de hecho, muy útil para los niños. Como apunté antes, Ryder Carroll la creo para ayudarle a gestionar su déficit de atención. Sin embargo, es verdad que requiere de una autonomía mayor que otros métodos de la que pueden carecer. Esto no significa que no puedan usarlo, sino que van a necesitar un pelín de ayuda extra a la hora de tomar decisiones. Por eso, muchas veces se opta por enseñarles antes de nada, sobre todo en clase, a usar una agenda, que ya les trae todo indicado y así que no hay lugar a dudas. Ninguna de las dos opciones tiene nada de malo, pero la elección debería ser siempre del niño. Así que, si tienes la suerte de tener un hijo (o alumno) que quiere comenzar su propia Bullet Journal, recuerda que es suya, no tuya. En muchas ocasiones te pedirá ayuda, pero tú no tienes la respuesta, las decisiones sobre su Bullet Journal sólo las puede tomar él, así que no impongas nada. Limítate solamente a aconsejar (puedes guiarte por estos consejos también) y recordarle los principios básicos de la Bullet Journal. Deja también que cometa sus propios errores, ya que es la única forma en la que va a aprender, y luego, cuando los analicéis, ¡no se los eches en cara! Ten siempre en mente que obligar a una persona que está aprendiendo a no fallar es como obligar a un pez a respirar fuera del agua.

 

 Bueno, ya me he cansado de hablar, así que ahora te toca a ti: ¿Te ha convencido el método de la Bullet Journal? ¿Te animas a aplicarlo en tu día a día? ¿Si ya lo usas o lo usaste, qué fallos has cometido más? ¿Haces alguna cosa en especial que te ayuda a organizarte mejor? Podéis dejarme todo esto y más en la caja de comentarios, yo estaré encantado de leeros y contestaros. Y si os gusta mi contenido, podéis seguirme aquí o en mi Twitter (@LietartoRakso) para no perderos ninguna actualización.

Yo me despido ya.

¡Nos vemos la semana que viene! 😸

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