Páxinas

jueves, 30 de julio de 2020

Rakso Opina: Los Deberes de Verano

Imagen de asi24 en Pixabay

Cuando pensamos en escuela, una de las cosas que se nos viene a la cabeza son los temidos deberes, esas tareas que nuestros maestros y maestras nos mandaban hacer en casa. En otros lugares hispanohablantes son llamados, simplemente, "la tarea", pero el idioma que rinde más justicia al término es, sin duda, el inglés: homework (trabajo para casa). Hasta hace unos pocos años, era imposible entender el colegio separado de los deberes, pero ya son muchos docentes los que se niegan a continuar con esta "tortura". Por supuesto, cada posición tiene sus argumentos y contraargumentos, sus pros y sus contras. Entonces, ¿para qué se mandan deberes de verano? ¿Cumplen su función? Los deberes habituales, de todos los días, sirven para repasar en casa contenidos que se han impartido en la escuela aquel día. Sin embargo, durante el verano, su propósito es muy distinto.

Siempre se ha dicho que, después de las vacaciones, el alumnado ya no se acuerda de nada de lo que supuestamente se aprendió el curso pasado. Esto, en realidad es una exageración. Es normal que de algo nos olvidemos por falta de práctica, pero, por lo general, sí se recuerdan los conceptos clave y las ideas que hemos interiorizado. Los deberes de verano, por lo tanto, se mandan para evitar ese reseteo anual. La memorización de conceptos implica su repetición, la cual es a su vez una parte imprescindible del aprendizaje. Se aprende a sumar haciendo una suma, y se domina la operación haciendo muchas más. Además, los deberes de verano son compatibles con el descanso y las vacaciones, así que el tiempo disponible para su realización ya no será un problema.

Sin embargo, lo que las personas pro-deberes no tienen en cuenta es que estas tareas no son concebidas por el alumnado y las familias como repaso, sino como castigo. Y es que también los padres sufren con los deberes, al verse obligados, en muchos casos, a ayudar a sus hijos. Y muchos dirán que la culpa es de esos padres, que los deberes son tareas de los niños. Y yo les digo: ¿podrían estar tranquilos por las tardes, oyendo como los compañeros de su hijo juegan fuera, mientras el suyo está peleándose con los deberes? Porque, además, el profesorado tampoco tiene en cuenta que cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje, y cinco tareas que unos pueden resolver en cinco minutos, otros llegan a tardar horas. Y no es que no sepan realizar esa actividad, sino que les lleva más tiempo. Por lo tanto, no, los deberes de verano no son compatibles con el descanso. Además, llegan a provocar odio por parte de alumnado y familias hacia los deberes y hacia el profesor en cuestión.

Así mismo, la parte crítica de una actividad es su realización, no su resultado. Es muy importante que el docente preste mucha atención a los procesos de resolución de su alumnado, ya que es ahí donde se pueden localizar errores y corregirlos. De nada sirve decirle a un alumno que el resultado de la cuenta matemática que ha hecho está mal. Si no se le indica el por qué del fallo, lo seguirá cometiendo. En resumen, es durante la resolución del problema cuando el maestro puede guiar a su alumnado. Este argumento, por sí sólo, no invalida los deberes, pero debería obligarnos a reservar gran parte del tiempo en el aula a la realización de actividades, y no a la corrección de las que se han hecho en casa.

Y aquí es donde me pongo serio. Muchas personas, maestros incluidos, criticarán estas palabras, pero no son más que la verdad: los deberes de verano desvelan una baja calidad educativa. ¿Por qué? Pues, como he dicho antes, no todo se olvida en las vacaciones, ya que, lo que se aprende de forma significativa, se queda en la cabeza. Como mucho, haría falta un pequeño repaso al inicio del nuevo curso. El aprendizaje significativo, para quien no comprenda estos términos, es un aprendizaje sacado de un contexto real, de contenidos que usamos cada día y con una función clara, partiendo de los conocimientos que el alumnado ya tiene sobre ese concepto y de forma motivadora.

Un ejemplo de actividad no significativa sería: "si Juan tiene catorce manzanas y le da tres a Nico, ¿cuántas manzanas le quedan?" Sinceramente, las manzanas que tengan o dejen de tener estas dos personas me importan entre poco y nada, así que no me motiva. Ahora bien, un ejemplo de actividad significativa sería: "el manzano del huerto de la escuela ha dado, este mes, catorce manzanas. Si de esas manzanas, tres estaban defectuosas, ¿cuántas podemos usar en el comedor escolar?" Aquí estamos hablando de unas manzanas reales que me voy a comer en el comedor de mi propio centro, así que sí me interesa saber de cuántas voy a disponer. ¿Se entiende la diferencia?

La cuestión es que si los aprendizajes realizados durante el curso son significativos, quiere decir que los saberes son funcionales, o sea, los usamos todos los días. Si este es el caso, los deberes de repaso son inútiles. ¿De qué le sirve a un niño hacer operaciones matemáticas sin ningún sentido para él, si cuando va al súper con sus padres ya está rodeado de sumas (los precios de los productos que va añadiendo al carrito); restas (el dinero que gasta);multiplicaciones (cuando compra dos veces el mismo producto); porcentajes (los descuentos); fracciones ("medio kilo de naranjas");... ¡Y esto no es ningún secreto! ¿Por qué se mandan deberes, entonces?

Porque los docentes desconfían de su capacidad de enseñanza. Así es. Ellos mismos saben que la metodología que emplean no es la ideal, y tienen miedo de que, a la vuelta, se demuestre su ineptitud como maestro cuando su alumnado regrese sin ningún tipo de conocimiento adquirido de forma significativa. Los deberes de verano ya no sirven para repasar, sino para paliar las consecuencias de un método de enseñanza-aprendizaje poco efectivo. Y la pregunta del millón: si saben que su metodología no funciona correctamente, ¿por qué no la cambian?

Pues por falta de costumbre, y esto nos pasa a todos. Aun conociendo un centenar de maneras de enseñar distintas, avaladas por estudiosos del campo educativo, todavía permanece en nosotros una cierta resistencia a cambiar la metodología de toda la vida. Tenemos muy inculcado el refrán de "si no está roto, no lo toques". Tanto los maestros, que tenemos miedo de usar una metodología nueva para nosotros y fallar en la educación del alumnado; las familias, que no conciben una forma distinta de educar a la que recibieron ellas; e incluso los propios niños, a los que muchas veces les cuesta adaptarse a las nuevas prácticas, por lo que el docente también debe planear una especie de proceso de adaptación.

Desde aquí quiero animar a todo docente con este tipo de preocupaciones a que pruebe en el próximo curso una nueva metodología, ya que, con esta situación tan excepcional que estamos a vivir, va a ser más necesaria que nunca. Comparte tus temores con tus alumnos, y embárcate con ellos en esta aventura que es el aprendizaje. Y no tengas miedo de preguntarle a otros profesores por consejo, de rectificar en tus acciones o incluso de fallar. Todos lo hacemos, el error forma parte del aprendizaje. Lo importante es ser consciente de ello y tomarlo como punto de partida para ser mejores docentes. Lo que sí os voy a pedir es que, por favor, ¡stop deberes de verano!


¡Hasta aquí la entrada de hoy! Me gustaría añadir que en ningún momento he dicho que vuestros hijos no deberían hacer los deberes de verano que le ha mandado su maestro, eso sería desautorizar a los docentes. Con esta entrada sólo pretendo informar sobre la verdadera naturaleza que esconden estas tareas. Tampoco es que los deberes en sí sean una mala práctica, ya que, en ciertos contextos, pueden ser una gran herramienta educativa. Eso sí, no estreséis a vuestros hijos y/o alumnos con ellos. Si no son capaces de hacer las tareas en casa, o no pueden por falta de tiempo, que no cunda el pánico. Ya se resolverán en clase al día siguiente. Después de todo, los padres, con el poco tiempo que tienen con sus hijos, deberían emplearlo en jugar con ellos, no en hacer deberes.

¿Y qué pensáis vosotros de este tema? ¿Habéis tenido alguna vez deberes de verano? ¿Y los deberes de todos los días? ¿Os ayudaban a aprender? ¡No tengáis miedo de compartir vuestras experiencias en los comentarios! Y, como siempre, si os gusta mi contenido, podéis seguirme clicando en el botón de Seguir, arriba a la derecha. ¡Además, ahora tengo twitter! Podéis seguirme en @LiteratoRakso para no perderos ninguna actualización del blog. ¡Y a veces subo microcuentos! ¿Qué más se puede pedir?

Yo me despido ya. ¡Buen día, y hasta la semana que viene! 😺

jueves, 23 de julio de 2020

Rakso Educa: La Vuelta al Verano. Cómo tener un verano productivo

Imagen de lethutrang101 en Pixabay

Pongámonos en contexto: llegan las vacaciones, el calor, la playa y, sobre todo, el tiempo libre. Pestañeas, y ya están poniendo en la tele anuncios de la vuelta al cole. ¿Qué? ¿Ya estamos en septiembre? Pues sí, esta es la realidad. Nos pasamos el curso quejándonos de que no tenemos tiempo para hacer nada, y cuando lo tenemos, no lo sabemos aprovechar. Y claro, como es normal, nos deprimimos, porque hemos malgastado nuestro verano y nos sentimos inútiles. Ahora sólo queda esperar al verano del próximo año, pero si no cambiamos nuestra actitud, estamos condenados a repetir el ciclo.

Por todo esto, opino que no sólo es necesaria una "Vuelta al cole", sino también una "Vuelta al verano", en la que nos preparemos física y mentalmente para el período estival. Y como nadie parece tener esto en cuenta, no tendré más remedio que traeros 5 consejos para  ser productivos y disfrutar del verano a tope (todo lo "a tope" que se pueda en medio de una pandemia global, pero ya me entendéis). Este blog está pensado para estudiantes de todos los niveles y sus familias, además de escritores y, en alguna ocasión, también puede interesar a maestros. Sin embargo, estos consejos son aplicables, yo diría, que a cualquier persona, ¡así que no dudéis en compartirlos!

Sin más dilación, aquí los tenéis:


domingo, 5 de julio de 2020

Rakso Analiza: Representación LGBT en la Literatura


EL AMOR DUERME EN EL PECHO DEL POETA

Tú nunca entenderás lo que te quiero
porque duermes en mí y estás dormido.
Yo te oculto llorando, perseguido
por una voz de penetrante acero.

Norma que agita igual carne y lucero
traspasa ya mi pecho dolorido
y las turbias palabras han mordido
las alas de tu espíritu severo.

Grupo de gente salta en los jardines
esperando tu cuerpo y mi agonía
en caballos de luz y verdes crines.

Pero sigue durmiendo, vida mía.
Oye mi sangre rota en los violines.
¡Mira que nos acechan todavía!

Como lo prometido es deuda, aquí tenéis mi investigación sobre la representación LGBT en la literatura española, la segunda parte de mis publicaciones con motivo del día del orgullo LGBT. No ha sido un trabajo fácil pero he aprendido cosas impresionantes gracias a él que me gustaría compartir. Y digo que no ha sido fácil porque, en un primer momento, a penas encontré documentos sobre el tema. Por lo menos no centrados en la literatura española de España, ya que en otros países hispanohablantes sí existen este tipo de estudios. Supuse, entonces, que la razón de esta escasez de investigaciones en nuestro país se podría deber a la LGBTfobia, y luego, un artículo de Alfredo Martínez Expósito (2011) vendría a confirmar mi teoría.

Existe un fenómeno a la hora de analizar textos literarios al que el mismo Martínez Expósito se refiere como "miopía crítica" (2011). Consiste en ocultar, no ver o negarse a ver la temática LGBT en los textos literarios, por lo que, si estos triunfan, será por otras cualidades. Leamos, por ejemplo, el soneto de Lorca al principio de esta entrada (si no lo habéis hecho ya). No hace falta ser un entendido de la poesía ni comprender todos los recursos estilísticos para disfrutar de un buen poema, y aun así poder interpretarlo. Eso sí, leámoslo con la miopía crítica que comentábamos, desde una perspectiva heteronormativa. En "El amor duerme en el pecho del poeta" de Sonetos del amor oscuro (Lorca, 1983, obra póstuma), se puede apreciar angustia, tristeza, desgarre emocional, amor o, más bien, desamor, amor no correspondido. ¿Hacia quién? No se sabe, alguien desconocido. Puede ser una simple voz poética, un "amante" genérico.

Ahora, pongámonos las "gafas de la inclusión" (wtf qué cosas digo), con una postura más inclusiva. Ya en el segundo verso, Lorca se refiere a un amante masculino ("porque duermes en mí y estás dormido.") ¿Podría estar hablándole al amor, como figura personificada? Es posible, pero el hecho de que, en todos los sonetos del poemario no se nombre nunca el género de su amante, ya dice algo. A veces tiene más poder lo que no se dice que lo que se dice. Y, obviamente, Lorca no podía expresar su homosexualidad de forma directa en sus poemas. Ya la falange le tenía ganas... Pero, el no hablar tampoco de un género femenino, también da mucho que pensar. Sigamos analizando: el tercer verso también nos da una pista ("Yo te oculto llorando, perseguido"). Lorca, al igual que toda la comunidad LGBT, durante la dictadura franquista, debía ocultarse para salvar su vida, ya que toda orientación sexual o identidad de género distinta a la cis-hetero era perseguida, por la ley y por la sociedad. El último terceto es ya definitivo, ya que le pide a su amor que siga durmiendo, o sea, que permanezca oculto; a pesar de que eso le provoca dolor, de ahí la sangre rota en los violines, ya que ¡Mira que nos acechan todavía!

Y todo esto sin entrar en el título del poemario, ya que el amor oscuro también hace referencia a lo oculto, lo invisible, lo prohibido. Sin embargo, no estoy seguro de si debería contar dentro del análisis, pues el título no es del autor original. Recordemos que estamos hablando de una obra de publicación póstuma a su asesinato. Pero el asunto central es que las obras de Federico García Lorca han sido víctimas de esta selección cultural, de esta miopía crítica. Sigue comentando Martínez Expósito (2011) que "Lorca o Cernuda, por ejemplo, son valorados por su contribución a la renovación poética pero no por la importancia de su escritura homosexual" (28). Se puede apreciar el mismo fenómeno en otros autores, como pueden ser Jaime Gil de Biedma o Juan Goytisolo.

Como es lógico, con la llegada de la democracia, esta situación ha ido mejorando progresivamente, aunque, como se puede apreciar, todavía queda mucho trabajo por hacer. Si la literatura de temática LGBT ha podido continuar con su producción hasta nuestros días ha sido gracias a la influencia de la literatura menos mediática (Expósito, 2011), que ha mantenido viva la llama de un género que parecía que se iba a desvanecer en cualquier momento. Literatos, por lo general pertenecientes a la propia comunidad LGBT, que quizás no han llegado a la sección de "destacados" de las librerías, ni a la gran pantalla, pero que han ayudado infinitamente a la inclusión, y ofrecido una literatura de calidad en la que poder sentirnos representados.

Pero su contribución no ha sido sólo en favor al arte. Como comenté en la entrada anterior (Rakso analiza: cómo escribir personajes LGBT), ficción y realidad se retroalimentan: la ficción se inspira en temas reales, y a la vez la realidad se inspira en la ficción para ser cambiada. Yo ya era conocedor de este concepto, pero no dejará nunca de sorprenderme cómo la literatura de ficción con temática LGBT ha sido clave para la evolución de las políticas de inclusión social. "La fantasía es lo que nos permite imaginarnos a nosotros mismos y a otros de una forma diferente" decía Judith Butler (2006, citada en Romero Lombardo, 2011, 182), refiriéndose a como la ficción nos da la oportunidad de pensar que otro mundo es posible, y nos anima a hacerlo (o no) real.

En lo referente a la historia de la literatura (documentación extraída del texto de Martínez Expósito, 2011), fue a partir del siglo XX cuando la temática LGBT comenzó a aparecer como un atributo positivo, aunque tampoco faltaban las obras homofóbicas. Es curioso cómo la mayoría de la producción literaria homosexual de la época son poemas. Y es que para los poetas de la Generación del 27 (a la que el mismo Lorca pertenecía), la homosexualidad era considerada más bien como una pose social, no tanto sexual. Como si de una moda se tratase, que revelaba una mayor "sensibilidad". Por supuesto, estos temas siempre se trataban de forma más o menos encubierta, hasta el punto de que los homosexuales de vanguardia se inventaron códigos secretos.

Ya en el período dictatorial, reina el silencio. La temática LGBT desaparece de la literatura como valor positivo. Fue una época marcada por la censura y la autocensura. Sin embargo, esta literatura pudo sobrevivir. ¿Cómo? Pues, como muchos españoles, en el exilio. Será con la restauración de la democracia cuando pueda volver a territorio español, pero con un gran problema. Después de tantos años labrándose la LGBTfobia en las mentes de la gente, los personajes homosexuales a menudo estaban cargados de estereotipos, y su única función en la ficción era la de 'mofa'. Se me viene a la mente Fidel Martínez, hijo de Chema, de la serie Aída. Se aprovechaba sobre todo la figura del hombre gay para ridiculizarlo y reírse de él y de sus actitudes "femeninas". Esta situación, como ya adelanté antes, fue mejorando, gracias a las reivindicaciones de la comunidad LGBT, la educación y, por supuesto, la buena literatura LGBT, que representaba a personas del colectivo como realmente son: libres de estereotipos y prejuicios.

Por último, me gustaría recomendar algunas obras literarias actuales con esta temática, divididas en dos secciones: libros y producciones audiovisuales. Algunas las he leído o visto yo mismo, y otras son recomendaciones que me han hecho o me he encontrado por la red. Me voy a centrar sobre todo en obras de Literatura Infantil y Juvenil (LIJ), ya que es muy importante aportar este tipo de literatura de calidad al público infantil por dos motivos. El primero, mencionado por Guillermo Soler Quílez, "los libros de temática LGTB resultan necesarios, imprescindibles, pues pueden salvar vidas gracias a la visibilidad que aportan" (2016). Es decir, nos ayudan a educar y a educarnos sobre el respeto y la inclusión del colectivo. Además, el segundo motivo es que nos ayuda a reconocernos a nosotros mismos y a los otros (Dolores Romero, 2011). Esta autora expone que nuestra sociedad heteronormativa pone sobre los infantes el peso de los roles de género, como una especie de juego en el que niños y niñas han de seguir una serie de normas distintas según su género. En caso de incumplirlas, te enfrentas a las consecuencias, traducidas casi siempre en acoso escolar. Sin embargo, la literatura es una herramienta eficaz para que su visión hacia sí mismos y hacia los demás sea más flexible e inclusiva.

Libros de temática LGBT



Nunca soñé contigo, de Carmen Gómez Ojea, cuenta las vivencias amorosas de una chica en primera persona, a través de su diario. En él, ella escribe sobre cuánto ama a un chico y cómo odia a su actual novia, de la que se siente celosa. Pero una serie de acontecimientos la llevan a enamorarse de la chica que antes odiaba. No he leído este libro personalmente pero desde que lo descubrí en el artículo de Dolores Romero (2011), lo tengo anotado en mi lista de lecturas.


Cuentos cruentos, de Dino Lanti, es una compilación de poemas muy fáciles de entender y desde una perspectiva cómica. Trata temas muy variados, además de la inclusión LGBT, como el feminismo, los roles de género, trastornos alimentarios, adicción a las drogas,... Todo siempre desde el humor y, en su mayoría, partiendo de cuentos tradicionales infantiles. Por ejemplo, relata la historia de Alicia en el País de las Maravillas como una ilusión provocada por estupefacientes. Para mí, este libro tiene un gran valor sentimental, pues me ayudó con mi crisis de identidad, por aquel entonces cuando aún me quería creer que era heterosexual. Una nueva demostración de que la literatura salva vidas. Sin embargo, no conservo el libro conmigo, ya que se trataba de un ejemplar de la biblioteca de mi instituto. Aun así, pienso hacerme con uno en el futuro y, en cuanto eso pase, me gustaría hacerle una reseña más completa.


Titiritesa, de Xerardo Quintiá, es un álbum ilustrado que parte del arquetipo narrativo de 'príncipe vence a monstruo, salva a princesa y se casan', o sea, "marcarse una Peach", en referencia a los Super Marios. Sin embargo, en este libro se cambia al príncipe por otra princesa, la violencia por la palabra y al monstruo por alguien comprensivo que no hace el mal por el mal. Es un libro valiente, escrito en verso, que se atreve a tratar la temática del amor entre dos mujeres con un público infantil. No obstante, es triste saber que muchas bibliotecas clasifican este tipo de álbumes ilustrados como literatura adulta, e incluso son difíciles de encontrar en las librerías (Soler, 2016).


Oliver Button es una nena, de Thomas Anthony de Paola, fallecido este 30 de marzo de 2020, no trata la temática LGBT, pero sí rompe los roles de género masculinos, ensalzando la llamada nueva masculinidad. Se trata de un álbum ilustrado sobre un niño al que no le gustan las cosas que se supone que le deberían de gustar por ser un niño. Es ideal para tratar con los infantes temas tales como el acoso escolar, los roles de género y, aunque de forma indirecta, las orientaciones sexuales distintas a la hetero. Si, ya se que debería centrarme únicamente en aquellos libros que tratasen la temática que nos ocupa, pero no podía dejar pasar la oportunidad de comentar este álbum que leí hace muy poco y que realmente me conmovió. ¡Altamente recomendable!

Producciones audiovisuales con temática LGBT



In a heartbeat, de Esteban Bravo y Beth David, es un corto de animación infantil, pero capaz de enamorar también a los más adultos. Sin la ayuda de diálogos, trata la historia de un joven que vive su homosexualidad a escondidas; y de su corazón, que, harto ya de esconderse, decide abandonar su cuerpo e ir en busca de su amado. Divertido, a la par que emotivo, se le considera uno de los primeros cortos de animación que trata la homosexualidad infantil. Además, su falta de diálogos le obliga a exagerar los gestos faciales y a simbolizar ciertos sentimientos como el amor, la ira o la tristeza, por lo que viene genial para trabajar la competencia emocional.


Vestido nuevo, de Sergi Pérez, se trata de otro cortometraje, ya no de animación, pero que también tiene de protagonista a un niño (o por lo menos así es como se dirigen a él, ya que en ningún momento del corto se define claramente su género). El día de carnaval, la clase de Mario debía de traer un disfraz de los 101 dálmatas en su mochila para cambiarse más tarde. Sin embargo, Mario aparece a primera hora con un vestido de niña, lo que causa las risas y mofas de sus compañeros. Podría parecer que Mario iba disfrazado de niña, pero más tarde la maestra encuentra el disfraz de dálmata en su mochila. Lo mejor de este corto es que al final no sabes nada. Es decir, ¿es Mario homosexual? ¿Transexual o transgénero? ¿No binario? ¿Un niño cis-hetero al que simplemente le gustan los vestidos y el color rosa? El final es abierto, por lo que se pueden tratar múltiples temas. ¡Las posibilidades son infinitas!


Miraculous Ladybug, de Thomas Astruc, cuenta las aventuras de dos adolescentes parisinos que deben compaginar su vida escolar con su identidad secreta de superhéroes. En esta serie de dibujos animados franco-japonesa, existen varias parejas homosexuales, una de ellas, la de Nathaniel y Marc, ya confirmada. Se sabe que habrá también una pareja de dos mujeres pero todavía no se sabe quiénes serán, aunque los fans tienen sus propias teorías. Tan importante es tratar este tipo de temas de forma directa, al igual que en las obras literarias ya nombradas; como hacerlo de forma indirecta, incluyendo representación LGBT entre la plantilla de personajes secundarios o coprotagonistas. De esta forma se introduce la diversidad sexual de forma natural. Así los niños comprenden mejor la realidad del colectivo en contextos variados, y son conscientes de que las personas LGBT existen más allá de la literatura LGBT propiamente dicha. Como he comentado en la entrada anterior, muchas series de Cartoon Network hacen esto de una forma maravillosa (aunque ojo, Ladybug no es de CN).


Y no querría acabar esta sección sin hacer una mención especial a los videojuegos como Dragon Age o Fire Emblem que también cuentan con personajes bisexuales y homosexuales, y dentro de su mecánica de simulador de citas permiten este tipo de relaciones. Sin embargo, me gustaría hacer otra investigación sobre la representación LGBT en los videojuegos, ya que considero que son una obra literaria con cualidades y características específicas que la hacen única.

¡Y eso es todo por hoy! Espero que os haya resultado interesante. De nuevo, si creéis que se me ha pasado algo por alto, o hay algún error, no dudéis en comentarlo. También os animo a compartir en los comentarios otras obras de temática  o con representación LGBT que no haya nombrado, y así poder enriquecer esta pequeña lista. Sé que hay muchas más, pero no me daría la vida para comentarlas todas. Por último, si os gusta mi contenido, podéis suscribiros (sigo sin saber cómo, empiezo a dudar de que se pueda. No sé cómo va esto. Quizás debería abrirme un twitter del blog o algo XD). Bueno, sea como sea, la próxima semana, si todo va bien, tendréis noticias mías. ¡Hasta la vista!

¡Nya! 😸