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Pongámonos en contexto: llegan las vacaciones, el calor, la playa y, sobre todo, el tiempo libre. Pestañeas, y ya están poniendo en la tele anuncios de la vuelta al cole. ¿Qué? ¿Ya estamos en septiembre? Pues sí, esta es la realidad. Nos pasamos el curso quejándonos de que no tenemos tiempo para hacer nada, y cuando lo tenemos, no lo sabemos aprovechar. Y claro, como es normal, nos deprimimos, porque hemos malgastado nuestro verano y nos sentimos inútiles. Ahora sólo queda esperar al verano del próximo año, pero si no cambiamos nuestra actitud, estamos condenados a repetir el ciclo.
Por todo esto, opino que no sólo es necesaria una "Vuelta al cole", sino también una "Vuelta al verano", en la que nos preparemos física y mentalmente para el período estival. Y como nadie parece tener esto en cuenta, no tendré más remedio que traeros 5 consejos para ser productivos y disfrutar del verano a tope (todo lo "a tope" que se pueda en medio de una pandemia global, pero ya me entendéis). Este blog está pensado para estudiantes de todos los niveles y sus familias, además de escritores y, en alguna ocasión, también puede interesar a maestros. Sin embargo, estos consejos son aplicables, yo diría, que a cualquier persona, ¡así que no dudéis en compartirlos!
Sin más dilación, aquí los tenéis:
1. Los primeros días, relájate (pero no demasiado)
Luego de todo el curso o el trabajo, nuestro cuerpo conserva un estrés acumulado del que se necesita recuperar. Por eso, no quieras irte de vacaciones nada más salir del curro, o lo vas a pasar muy mal.
Cristina López Pastor explica en su artículo, Efectos del estrés sobre la salud, cosas muy complicadas sobre hormonas y sangre y algo más, pero que más o menos vienen a decir que el estrés reduce las defensas de nuestro sistema inmunitario, y enfermamos sin que nos demos cuenta. Sin embargo, los síntomas aparecen una vez pasada la situación estresante, es decir, justo al comienzo del período estival. Estoy seguro de que más de una vez os habéis puesto enfermos al empezar las vacaciones, ¿verdad? A este fenómeno se le conoce como la enfermedad del ocio (aunque cabe aclarar que no es una enfermedad en sí, y que, como anoté antes, no es a causa del ocio). Además, los efectos son peores en aquellas personas que no saben gestionar el estrés.
En otras palabras, no es bueno pasar de dar el 100% al 0% de la noche a la mañana. Tómate unos dos o tres días de relax, que te los has ganado, sí. ¡Pero "relax" no significa dormir doce horas! Debes encontrar un equilibrio entre relajación y productividad, haciendo actividades sencillas con las que disfrutes, pero no demasiado activas, que no queremos forzar a nuestro cuerpo. En resumen, no te canses, pero tampoco te pares del todo o luego te será muy difícil arrancar.
2. Planifica tu verano
Sé que puede sonar un poco contradictorio. El verano debe ser una época de libertad, y los planes suelen ser lo contrario a la libertad. Pero, al igual que no hay luz sin oscuridad, no existe el caos sin el orden. Como dije antes, si no quieres arrepentirte luego de haber desaprovechado tus vacaciones, deberás fijarte unos objetivos. Sobre todo si quieres llevar a cabo un gran proyecto este verano, como escribir un libro, desarrollar un videojuego o componer una canción, una buena planificación será tu mejor aliada. No tiene que ser rígida, sino que debe de estar preparada para los cambios repentinos de última hora, tan habituales en verano. También es importante planificar tanto las horas de "trabajo" como las de descanso y tiempo libre Y, sobre todo, debe funcionarte a ti. Yo, por ejemplo, tengo que planificar todo al detalle. De lo contrario, pierdo más tiempo pensando en lo que voy a hacer que haciéndolo. Pero cada quien tiene sus peculiaridades, y tú tienes que descubrir las tuyas.
¡Ah! Y para planificarnos, es importante usar algún método, como una agenda, una Bullet Journal... Hay muchísimas estrategias, busca la que más se adecúe a tus necesidades.
3. Establece una rutina
Con el objetivo de poder cumplir con todo lo que has planificado, tendrás que programar también un 'horario de verano'. Lo dicho, no tiene que ser un horario rígido ni muy exigente. Ha de ser flexible y sólo tiene que servir para ayudarte a cumplir tus objetivos. Además, tienes que disfrutar de ella para que la puedas seguir con gusto, no por obligación. Intenta, de todas formas, respetarla diariamente en la medida de lo posible. La constancia te ayudará a perseverar. Tener una rutina no significa hacer lo mismo cada día, si no, ¡menudo aburrimiento! Es más bien tener un horario claro que podamos seguir. Sin él, corremos el peligro de procrastinar, es decir, dejar las cosas para otro día porque pensamos que tenemos todo el tiempo del mundo. Eso, día tras día, hacer correr el calendario y no habrás podido hacer nada.
No os voy a mentir, establecer una rutina no es fácil. Por eso, no puedo ponerme ahora a explicar cómo hacerlo. Para eso, necesitaría una entrada en exclusiva. De todas formas, y si alguien lo necesitase, en este enlace encontraréis información fiable. Yo mismo he aplicado los consejos que se muestran en él y no podría estar más contento con los resultados. Fue difícil, sobre todo al principio, e incluso aún ahora me cuesta arrancar a veces. Pero no es imposible. Un consejo que sí quiero recalcar es que tengáis ojo con el efecto rebote. Al empezar, notaréis un subidón de motivación y os sentiréis con fuerzas de comeros el mundo. Según avance el tiempo, esas fuerzas irán desapareciendo, porque los resultados no se ven a corto plazo. Por eso debéis persistir. ¡Tened siempre en mente vuestro objetivo u objetivos, y no os rindáis!
4. Sé realista
De nada sirve querer abarcar mucho en poco tiempo. Estableciendo tropecientos objetivos al día para lograr solamente tres, lo único que conseguirás es desmotivarte. Y sí, la planificación debería ayudarte a ser más productivo, pero no hace milagros. ¡Y menos de la noche a la mañana! Lo ideal es fijarse tres mini objetivos al día, como unos pequeños pasos que te llevarán, lento, pero seguro, hacia la meta. Igual tres tareas te parece poco, pero créeme, no lo es. Normalmente, tendemos a sobreestimar nuestras capacidades. Ten esto en menta a la hora de hacer tu planificación, y recuerda que menos es más.
5. Estás de vacaciones: no te mates
No tienes a ningún profesor malhumorado presionándote para que acabes la tarea, ni ninguna fecha límite. Tú eres tu propio jefe. Por eso mismo, relájate. No pasa nada si no has sido productivo durante un día entero, o si has cambiado toda la planificación de una semana para ir al cine con tus amigos. Nadie te va a venir a llamar la atención. Los famosos cheat days (días trampa) no son malos. Y diréis: "¿Pero Rakso, habías dicho que es importantísimo mantener una rutina?" Y sí, lo es. Pero es una rutina de verano, y debe ser flexible. De nuevo, la clave está en encontrar un equilibrio entre la producción y el descanso. Y, a riesgo de sonar repetitivo, vuelvo a decir que no es tarea fácil, y que cada persona debe descubrir el suyo. Pero dadle tiempo, y veréis como el esfuerzo dará sus frutos. No sólo en vuestro día a día, sino también en vuestra vida académica y profesional, notaréis como sois más productivos.
(Como podréis apreciar en las fechas de publicación, yo también me tomé algunos días trampa últimamente XD).
+1. ¡No copies!
Este consejo es de propina, pero me parece necesario recalcar que no existe ninguna fórmula mágica para ser más productivo. De nada te va a servir copiar el horario de un súper influencer, porque ni su vida, ni sus objetivos ni su personalidad son iguales a los tuyos. Por supuesto, puedes inspirarte y coger ideas que te puedan servir, pero no intentes calcar toda su rutina, porque no se va a adaptar a tu vida. Sería como si fuésemos las hermanastras de Cenicienta, intentando ponernos a presión el zapatito de cristal. Nada bueno puede salir de ahí.
Tampoco apliques al pie de la letra un método de planificación. Hay muchos de ellos, como la Bullet Journal, Get Things Done,... Y por supuesto que son fiables, pero no están pensados para que se lleven a cabo en su forma más "pura". De ellos, debes recoger lo que mejor se adapte a ti, y desechar lo que no te sirva. Obviamente, la única forma de averiguar si nos funcionan o no, es probarlos. La planificación se basa en el ensayo y error, y luego de pruebas y pruebas, tendrás un propio método completamente personal y efectivo.
¡Y esto se aplica también a mis cinco consejos! Pruébalos, si crees que te van a ayudar, pero no creas que aplicándolos vas a conseguir todo lo que te propongas. Creo, personalmente, que son bastante genéricos, pero si no funcionan en ti, no intentes forzarlos. Cada persona es distinta, sólo necesitas encontrar los métodos que se adapten a ti. La planificación es un viaje interno en busca de las cualidades de distintos métodos que mejor se adapten a nuestra forma de trabajar y a nuestras necesidades.
¡Esto es todo por hoy! Como siempre, si te gusta mi contenido, puedes seguirme (¡ahora ya sé como! Sólo tienes que darle al botón que pone Seguir, en la columna de la derecha, ¡y listo!)
¿Tienes algún otro consejo que no haya mencionado, o algún matiz que se me haya escapado? ¿O te gustaría compartir una experiencia propia con algún método? ¡Pues no dudes en dejar tu comentario! Todas las aportaciones son bien recibidas y seguro que todos podemos aprender de ellas. También te animo a compartir estos consejos con esos amigos que siempre se quejan de que no tienen tiempo para nada, seguro que te lo agradecen ;) .
Yo me despido ya. ¡Feliz verano y hasta la semana que viene! 😸
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