Narumi es un joven fotógrafo de la capital que, durante el invierno, decide trasladarse a las nevadas tierras de Hokkaido para retratar la fauna local. Más en concreto, anda tras la pista del "hada de las nieves". Sin embargo, un error con su reserva de su habitación lo había dejado sin lugar en el que hospedarse. Por suerte, Haruki, un muchacho de la zona, le ofrece alojamiento en su casa.
La personalidad de ambos chicos no podría ser más contraria. Mientras que Narumi es abierto y se toma muchas confianzas, Haruki es más retraído y desconfiado. En ese aspecto, a Narumi le recuerda a los animales salvajes que fotografía, que huyen cuando se sienten amenazados.
Precisamente, la presencia del fotógrafo supone la ruptura con la tranquilidad y la rutina de Haruki, que procura mantener las distancias y pensar que, en cuanto llegue la primavera, Narumi se irá junto la nieve que tanto detesta.
Sin embargo, la fotografía los unirá de formas insospechadas. Gracias a la cámara de fotos analógica de su difunto padre, y con la ayuda de Narumi, Haruki aprenderá a ver el mundo a través de un objetivo. A la vez, las instantáneas de Narumi le servirán como una ventana hacia un mundo tan cercano y a la vez tan lejano. Un mundo desde la perspectiva de Narumi.
Pero la vida real no se puede congelar como una fotografía, y la primavera está al caer... ¿Encontrará Narumi a su hada de las nieves antes de que termine el invierno? ¿Será capaz Haruki de entender su corazón antes de que la nieve se derrita?
Este manga fue un regalo de una amiga mía (@AmberrBlue en Twitter) y debo decir que ha acertado de lleno. La historia de Narumi y Haruki me ha enamorado muchísimo, es exactamente el tipo de obras que adoro, ideal para leer en una tarde de invierno con una taza de chocolate caliente, porque te deja el corazón calentito.
Debo decir que, en verdad, la trama es bastante cliché. O sea, este no es un manga que vaya a revolucionar el género, no es más que una reproducción del tropo strangers to lovers, una de tantas otras.
Los protagonistas tampoco son nada del otro mundo, y su dinámica es la de personajes opuestos que acaban atrayéndose por un punto en común, en este caso, la fotografía. Sin embargo, eso no quiere decir que la historia no sea bonita. Al contrario, a mí me resultó hermosa, entretenida y muy tierna.
Después de todo, si reducimos todas las obras literarias del mundo a su "esqueleto", todas ellas se parecerían mucho entre sí. Al final, la originalidad no está en el qué se cuenta, sino en el cómo se cuenta.
En este caso, El hada de las nieves nos narra una típica historia de amor a través de dos personajes muy distintos unidos por la fotografía. Este es un recurso muy empleado en obras románticas, el usar un objeto, actividad o concepto como nexo de unión entre los personajes.
En El síndrome Mozart, de Gonzalo Moure, es la música, al igual que en Given, de Natsuki Kizu; en El polluelo dormido en la orilla del mar, de Yuu Minaduki, son los cristales marinos; en Home Far Away, de Teki Yatsuda, es el paisaje, visto a través de dibujos, fotografías y los ojos de los personajes... Y en esta obra, es la fotografía.
La simbología al rededor de este concepto es preciosa, la verdad. Para Narumi, la fotografía es una forma de compartir su visión del mundo, mientras que para Haruki sus imágenes son como una puerta al exterior.
Además, Narumi le enseña que "La persona que toma la foto pone en ella su alma". Esto quiere decir que, en una foto, no solo importa el qué fotografías, sino también el porqué, el significado de cada imagen, qué fue lo que nos llevó a tomarla.
Esto cobra aun más sentido con la cámara analógica de Haruki, pues las fotos son limitadas y no las puedes consultar al momento. De ese modo, no desperdiciaríamos una valiosa foto en algo insignificante o aleatorio. No, lo que fotografiamos es algo (o alguien) que realmente nos importa, y queremos que otras personas lo vean igual que nosotros.
Y curiosamente la cámara de Haruki siempre se desvía, casi por inercia, hacia el rostro de su amigo... y viceversa.
En este sentido, la simbología me recuerda a la usada en Home Far Away de Teki Yatsuda. En este manga, el paisaje tiene una significación especial, no solo por el espacio que ocupa, sino por las personas que lo habitan y las emociones que le transmiten. (¡Pero este manga no te deja el corazón calentito, eh! También es muy bonito, pero es distinto. Leed la reseña para saber más.)
De una forma similar, en las fotografías de El hada de las nieves se puede apreciar el amor entre los personajes, incluso antes de que fuesen conscientes de ese sentimiento. Pero, además, esta afición ayudará a Haruki a encontrarle un significado a su vida. A su vez, Narumi aprenderá a ver la belleza y a descubrir la felicidad en la rutinaria vida de Haruki.
Como valoración personal diré, por si no había quedado claro, que me ha encantado la obra. El hada de las nieves me ha resultado un manga supertierno y adorable, y la verdad es que necesitaba esta dosis de edulcorante literario ahora mismo. Estoy seguro de que, si las historias románticas y lindas son lo vuestro, esta obra os va a encantar.
¡Esto es todo por hoy! Creo que esta es la reseña más breve que he escrito. ¿Qué os ha parecido? ¿Os habéis animado a leer el manga? Podéis compartir vuestras impresiones en los comentarios. Y si os gusta mi contenido, os animo a seguirme en este blog y en el resto de mis redes sociales (Tumblr, Wattpad, YouTube y Twitter), todas en la columna de la derecha (en la versión web).
¡Muchas gracias por llegar hasta aquí!
¡Feliz San Valentín, mis gatetes! ¡Hasta la próxima!
¡Nya! 😻
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