Este es un tema que estuvo en alza hace unas semanas en Twitter. La piratería, para quien no lo sepa, consiste en adquirir o descargar de internet de forma gratuita productos por los que, en circunstancias normales, deberíamos pagar por ellos. Creo, sin embargo, que el nombre no es acertado. Llamarlo piratería rodea al término de un cierto romanticismo, cuando tenemos una palabra en español que lo designa de una forma más directa: robo. Es normal que, como creador, me posicione en contra de este acto delictivo, pero quiero recordar que la ley no siempre va ligada a lo que está bien, y, en este caso, la piratería presenta una ambigüedad moral bastante interesante.
Antes de meternos en el barro, quiero que todos hagamos un ejercicio de reflexión. Decid en voz alta: "Yo he pirateado". Porque todos hemos pirateado alguna vez, y consumido productos pirata, sabiendo que lo eran. ¡Y quien diga que no, miente! Ese DVD pirata que te compraban tus padres en las mantas de la feria, esa tarjeta para la nintendo ds con miles de juegos piratas, ese mp3 con canciones piratas, esos mangas y animes que ves en plataformas piratas, y ese libro que te has descargado en formato pdf. desde una web pirata. Son tantas y tan cómodas las formas de piratería, que es casi imposible no haber caído en la tentación. Por esto mismo es que este tema es muy ambiguo. Sería muy fácil decir que los piratas son malos, y el resto de personas que pagamos por la cultura, buenos, pero es mucho más complejo que eso.
Cuando tengo un dilema moral de este estilo, me gusta someter los dos extremos a una balanza y hacer una vieja lista de pros y contras. Los argumentos los he ido sacando de varios documentos que me he encontrado haciendo esta investigación. Al final de la entrada os dejo las referencias por si os interesa echarles un ojo.
Piratería mala
En primer lugar me voy a posicionar en el lugar más obvio, siendo yo un escritor: en contra de la piratería. Está claro que, si publicase un libro, no sólo no me gustaría que me lo pirateen, sino que me perjudicaría económicamente. Un libro mío no comprado, para mí, sería una pérdida, y siendo además un escritor novel (que no nobel) me haría muy difícil vivir de la escritura. Esto perjudicaría mi producción literaria, ya que tendría que centrarme más en un trabajo estable que en escribir. La piratería sería entonces inversamente proporcional a la creación de cultura. Y no sólo en mí, sino en todos los artistas y creadores de contenido. Es verdad que las grandes empresas, más fuertes, no sufren tanto como los más pequeños, pero esa no es excusa para piratear a unos y no a otros. Eso sería una doble moral.
Lo que está claro es que la piratería a gran escala generaría una crisis de contenido, tanto en cantidad como en calidad (García Pérez, 2014). Los escritores, pobres en riqueza, comienzan a escribir literatura comercial, de esa que vende mucho pero sabe a poco, para asegurarse algunas ventas y poder comer. Las editoriales, a su vez, sólo publican este tipo de literatura, pues, como la piratería es inevitable, hay que paliar sus consecuencias subiendo las ventas. También opina este autor que el hecho de que la literatura sea tan fácil de piratear está haciendo que se infravalore (2014), mas yo no estoy de acuerdo en este punto. Lo explicaré más adelante, con uno de los contraargumentos.
Luego está la falacia de la necesidad. "Pirateo este libro porque no puedo comprarlo". ¿Realmente lo necesitas? La cultura es importante, pero, ¿es un bien de primera necesidad? ¿Me vas a decir que si tienes dinero para comprarte ese móvil con el que has descargado el dicho libro, no tienes dinero para comprarlo? Y en el caso de ser un libro súper caro, ¿no podías esperar a que estuviese disponible en una biblioteca? ¿No habrá una selección cultural gratuita o a precios económicos sin la necesidad de piratear? ¡No me vengas con lagrimas de cocodrilo, anda!
Por último, cabe plantearse si es justo que aquellos que ponen a disposición de todos los contenidos se lucren de este acto criminal. ¿Qué? ¿Pensabas que como no tenías que pagar por ello no había ningún beneficiado? Las páginas piratas están llenas de cookies y publicidad con la que los piratas se ganan la vida, mientras que los autores originales se mueren de hambre. Nada es gratis en esta vida, y si algo lo es, el producto eres tú.
Piratería buena
Una vez vistos los argumentos en contra de la piratería, vamos a ver con que argumentos contraataca. Quizás el más conocido sea el que defiende el acceso libre a la cultura, ponerla al alcance de todos (Vicente y Gozzer, 2012). Obviamente, esto choca con los intereses de los creadores, que crean una cultura de pago. Lo que voy a decir a continuación puede que os sorprenda, pero yo estoy de acuerdo con esta afirmación. Opino que todo el mundo debería de tener igualdad de oportunidades a la hora de acceder a la cultura. Ahora bien, si ni siquiera tenemos igualdad en el acceso a la comida, ¿cómo la vamos a tener en la cultura? Es casi una utopía, pero no es imposible. Sin embargo, creo que le correspondería al gobierno, desde las administraciones públicas, y no a los piratas, poner al alcance de todos la cultura, a la vez que recompensan a los creadores. De esta forma, cultura gratuita y de pago pueden convivir.
No obstante, los piratas van más allá, ya que creen necesaria la desaparición de la cultura de pago, poniendo todo al alcance del pueblo. Opinan que es injusto tener que pagar por el acceso a la cultura. Dicen que los artistas ya no creamos como hacían los antiguos, por amor al arte, y esto se relaciona con el arco argumental de Stain del anime Boku No Hero Academia. ¿O creíais que la foto de la entrada estaba puesta al tun tun? Para quien no conozca este anime, trata sobre una sociedad en la que la mayoría de los humanos tienen súper poderes llamados quirks, y la profesión de superhéroe se ha convertido en un trabajo más. Stain, villano autoproclamado como el asesino de héroes, considera que la sociedad de héroes está corrupta, pues estos ya no salvan a la gente por el simple hecho de hacer el bien, sino por fama y dinero. Es más, él no se considera a sí mismo un villano, sino un justiciero solitario, encargado de depurar a la sociedad de los héroes corruptos por el dinero.
Algo similar ocurre en el mundo real, ya que mucha gente (más de la que yo creía) considera la piratería como una acción social. "Para todos los que no tienen dinero, habrá torrents. Así ha sido y así seguirá siendo", manifestaba un portavoz de Isohunt, la web que resucitó Piratebay en el 2014, para el periódico El País (Sucasas, 2014). Sin embargo, todos sabemos que la gente piratea independientemente de su capacidad económica. Aún así, he de reconocer que ciertos contenidos no habrían salido nunca de sus países de origen si no fuese por la piratería, como son algunos videojuegos de Pokémon, como el Verde Hoja, y versiones japonesas de otros juegos que difieren de las occidentales; muchos animes y mangas; series extranjeras, etc. En este sentido, la piratería sí ha hecho una función social: la distribución de la cultura.
El portavoz de Isohunt, bajo el pseudónimo de Anonymous, continúa quejándose en el artículo de Ángel Luís Sucasas (2014) de los precios abusivos de muchos productos, que la gente no puede permitirse o que, incluso, considera injustos. Y es cierto que muchas veces nos hemos topado con libros carísimos que, después de leerlos, descubrimos que no merecían tanto la pena. Muchas veces no por culpa de los escritores, sino de las editoriales, que ven en la literatura un producto de mercado, más que un contenido cultural. Sin ir más lejos, los libros de texto de una niña de primero de PRIMARIA superan fácilmente los 150€. ¿Y esto nos parece normal? Ya hablaré de esto más a fondo en otra entrada, pero os adelanto que me parece una vergüenza.
¿Recordáis lo que decía Manuel García Pérez (2014) de que la piratería infravalora la cultura? ¡Pues no, señor! No es que los piratas piensen que la cultura no vale nada, sino que defienden una cultura libre y gratuita para todos. No es menosprecio, sino que deriva de sus ideales políticos. ¡Vamos, digo yo que si no les gustase, no la descargarían ilegalmente!
Es curioso como Anonymous también defiende que "la piratería hace evolucionar a la tecnología" (Sucasas, 2014). Es decir, cada vez que alguien piratea, las empresas encuentran formas de evitar la piratería, y viceversa. Así mismo, cree que la piratería no afecta a los creadores tanto como dicen, y manifiesta que la gente que se queja de ella es que su contenido no vale nada. Y yo no podría estar más en desacuerdo. Los creadores pequeños somos muy vulnerables a la piratería, como dije al principio de la entrada, por lo que este argumento queda invalidado.
Para acabar, los piratas no creen que la piratería traiga consigo la "muerte de la cultura" (Vicente y Gozzer, 2012), pues el hecho cultural es inherente al ser humano. Similar a como los superhéroes salvaban a la gente sin cobrar, los creadores seguirán creando, porque es su forma de vida. De hecho, es muy común decir en el gremio literario que los escritores escribimos porque sino reventamos, y eso es un punto a favor de este argumento.
Conclusión
Pongamos todos los argumentos en una lista para manejarlos mejor:
- En contra de la piratería:
- Perjudica a los creadores
- Provoca una crisis de contenidos (en cantidad y calidad)
Infravalora la cultura- Falacia de la necesidad
- Lucro de los piratas y no de los creadores (¿hipocresía?)
- A favor de la piratería:
- Libre acceso a la cultura y desaparición de la cultura de pago
- Acción social
- Precios abusivos e injustos, no están dispuestos a pagar
- Provoca evolución de la tecnología
No afecta a los creadores- el hecho cultural es inherente al ser humano
A simple vista puede parecer que la piratería ha ganado la guerra, pero tenemos que comprobar qué argumentos pesan más para estar completamente seguros. Cabe aclarar que en este tema, como en muchos otros, nadie tiene la verdad absoluta, y mi conclusión no tiene por qué coincidir con la tuya (la cual, por cierto, me gustaría leer en los comentarios). Ahora bien, ¿debería desaparecer la cultura de pago? ¡No! Desde que se recompensa a los creadores con dinero, la producción artística se ha disparado, en cantidad y en calidad (Vicente y Gozzer, 2012). La cultura puede ser libre y a la vez de pago, aunque en inglés se pueda confundir el término (free significa tanto libre como gratis).
Siguiendo con la analogía de los superhéroes, sabemos que estos no pueden salvar a todo el mundo, pues por encima de todo son humanos. Pero, ¿y si les pagamos para que se puedan dedicar enteramente al oficio de salvar gente? Así no perderían el tiempo en trabajos paralelos, necesarios para ganar dinero y sobrevivir en la sociedad que nos ha tocado vivir. Superman habrá salvado a muchas personas, pero, ¿no habría salvado a más si por las mañanas estuviese patrullando Metrópolis, en vez de trabajando para el Daily Planet?
El problema es que intentamos ver la piratería desde una posición moralista (robar está mal), cuando, en realidad, es un problema de mercado, y debe ser abordada desde ahí. (Abordada, jeje. ¿Lo pilláis? Como "¡Al abordaje!", porque es una frase de piratas, jeje... Perdón, ya paro). Intentar detener la piratería es una misión imposible, a cada página que se cierra, se abren otras dos. Sin embargo, las plataformas de streaming como Netflix o HBO han conseguido reducirla mucho más que cualquiera de las medidas obsoletas de prevención de la misma (García, 2019). ¿Por qué será? ¿Quizás sea porque ofrecen contenido de calidad a un precio razonable y de forma cómoda? ¿Quizás a la gente le favorece más pagar por estos servicios que entrar a páginas ilegales llenas de anuncios con malwares, con la posibilidad de descargar un troyano o algo peor que acabe con su equipo?
La piratería no se va a acabar, pero su lucha no pasa por limitar el contenido de pago, sino por "darle al consumidor el contenido que quiere, en un formato que sea cómodo y que tenga la máxima calidad, y a un precio que se puedan permitir" (García, 2019). En otras palabras, convénceme de que merece la pena pagar por tu producto. Y en esto también tienen que ver los gobiernos, que deberían ofrecer una alternativa cultural gratuita, accesible, variada y, por supuesto, de calidad, siendo las administraciones públicas las que tomen el control de esa acción social que se atribuyen los piratas, y tan necesaria en los tiempos que corren. Y de esta forma, yo creo que la piratería se convertirá en la última opción. Porque sí, nos guste o no, nunca va a desaparecer.
No tengo nada más que decir, ahora os toca hablar a vosotros. Poned en los comentarios cuántas veces he repetido la palabra "piratería" en esta entrada, ¡y ya de paso vuestra opinión sobre el tema! ¿Creéis que los piratas realmente hacen un bien a la comunidad, o son unos hipócritas? ¿Las administraciones públicas hacen bien su labor de fomento de la cultura donde vivís? ¿El hecho de piratear hace que valoréis menos el producto a consumir? Recordad que nadie tiene la respuesta correcta, pero todo el mundo tiene derecho a opinar.
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¡Adiós! 🏃💨
Referencias
García, A. (26/02/2019). La gente prefiere pagar y no piratear, pero se ven obligados a ello. Adsl Zone. Recuperado de www.adslzone.net
García Pérez, M. (30/12/2014). La piratería ha conseguido que la literatura se convierta en otra frivolidad. Mundiario. Recuperado de www.mundiario.com
Sucasas, A. L. (19/12/2014). "Creemos que la piratería hace evolucionar a la tecnología". El País. Recuperado de www.elpais.com
Vicente, A. y Gozzer, S. (28/06/2012). Un artículo sobre la piratería que no va a gustar a nadie. La Vanguardia. Recuperado de www.lavanguardia.com
Debo decir que como pirata,concuerdo en muchos aspectos contigo sobre todo en la superioridad moral de muchos, ohh mirame soy especial porque me he comprado el anime en vez de verlo por internet, pero luego se descargan el manga en pdf.
ResponderEliminarEl problema no es lo moral sino la poca importancia que se le da al valor cultural,y a muchos otros productos, dando lugar a marcas pirata o réplicas, todo se debe a problemas de mercado como bien dices, y a que muchas veces las propias marcas creadoras de los productos que piratean no les dan medios al consumidor de acercarse a sus productos económicamente, echando la culpa al propio consumidor por ser pobre, vale puede que no lo necesite pero si nos ponemos así quien necesita un libro un juego o un manga? Vivimos en una sociedad de consumo por ende la clave para frenar la piratería sería dar medios para que el consumidor pueda adquirir los productos legalmente mediante rebajas graduales ofertas o diferentes plataformas de transmisión, la culpa no es nuestra sino de la mala distribución de los productos.
¡Muchas gracias por compartir tu opinión, Ren Hibari!
EliminarEfectivamente, yo creo que los consumidores no pueden ser los culpables de la piratería, ellos solo se buscan la vida. Si una empresa, del sector que sea, se queja de que le piratean sus productos, tendrá que replantearse su estrategia de ventas